Tongolele, junto a Yma Sumac, es una de las principales divinidades del panteón de diosas exóticas latinas.
Tal vez no sea demasiado popular en España, pero adorada como merece en toda América Latina, el territorio más afectado por las sacudidas de sus caderas y por donde todavía agita su octogenario bikini de manera ocasional en demostración palpable de que el paso del tiempo, que tantos estragos causa entre los mortales, no afecta en absoluto a las nalgas de las deidades.

Sus orígenes,como mandan los cánones, están envueltos en la leyenda.
Según esta, por sus venas corre sangre tahitiana, española, británica y sueca, siendo esta combinación la que produjo esa criatura de culo capaz de producir devastadores seísmos, ombligo de efectos hipnóticos, ojos verdes sobrenaturales y enigmático mechón blanco que el mundo ha conocido como Tongolele.

Nacida en Estados Unidos, ya mostró tempranas inclinaciones por el lado más salvaje del baile. Fue trasplantada a México a la tierna edad de 15 años, y allí pronto fue coronada como reina de las danzas tahitianas, creando toda una escuela.
Como pionera cargó con la mayor parte del peso en la lucha contra las ligas de la decencia de la época y allanando el camino a sus emulas, que a pasar de ser legión nunca llegaron a amenazar su reinado. Hablamos de las latinas, claro esta, con las nortea mericanas ni siquiera la compararé porque no quiero faltar el respeto a recientemente difuntas "jungle girls" o pizpiretas y sobre valoradas "exotic queens", pero es que cuando, por ejemplo, vemos la interpretacion de Tongolele en uno de los números de de baile de "La muerte viviente", tenemos la certeza de que no solo tiene dos boas constrictor, sino de que también sabe como usarlas.
La Tongo juega en otra liga.
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