miércoles, 16 de abril de 2008

EL ANTITIKI

Tal vez los aficionados españoles a las cosas tiki consideran que están viviendo un buen momento.

La situación del dólar aumenta su poder adquisitivo en las compras allende los mares, dentro de poco sus camisas hawaianas terminarán el periodo de hibernación y Mr. Iván es el hombre de moda.

Incluso corren rumores de apertura de nuevos bares.

Duermen tranquilos, ajenos a la amenaza que se cierne sobre ellos.

Vanos ilusos.

El Antitiki ha nacido y está entre nosotros.

El nombre de la bestia es... CHUPITO SABOR.


De acuerdo. Puede que no suene muy amenazador, pero los incrédulos pueden sentir en sus propias carnes el frío aliento del Antitiki en C/ Santa Teresa, 8 de Madrid (resulta especialmente espeluznante un fin de semana a primeras horas de la noche).


Detrás de un discreto cierre metálico, apenas visible a la luz del día, se encuentra este antro inicuo, donde no solo se profana la iconografía tiki, vulgarizándola hasta extremos difíciles de concebir, se mancilla también el concepto de tiki bar vinculándolo a deleznables chupitos.

Abominación sobre abominación

Allí se reunen cada noche las legiones de adoradores del Antitiki y celebran sus heréticos rituales centrados en la ingesta de sustancias que denominan Chupicocteles, Chupifuertes, Chupicremas y Chupifrutas. No os dejeis engañar por lo ridículo de los nombres, puedo certificar que se trata de de combinaciones de licores que solo pudieron ser ideadas por el Maligno.

Pero no debemos perder la fe.

En ella está nuestra fuerza.

Salgo para allá dispuesto a exorcizar está amenaza.

No será fácil, pero voy provisto de mi ísopo cargado de Mai Tai y con el poderoso mantra que me legó mi viejo maestro espiritual.

Repetidlo conmigo:


I WANT TO GO BACK TO MY LITTLE GRASS SHACK

I WANT TO GO BACK TO MY LITTLE GRASS SHACK

I WANT TO GO BACK TO MY LITTLE GRASS SHACK IN KEALAKEKUA HAWAII

3 comentarios:

Paco dijo...

Increíble! Vaya carcajadas que he pegado cuando he visto la decoracion del antro. Creía que estabas de coña, pero parece que no. Dios mío, esto si que es fuerte y no un lingotazo de bacardí blanco a palo seco. Y seguro que además se llena.... ver para creer. Una cosa es un bar de "diseño", pero aquí se han pasado tres pueblos, con esa caricatura a medio camino de los dibujos de las "supernenas".

Señor Castaway dijo...

Todo es real y efectivamente tiene bastante éxito.
Tanto, que creo que lo están franquiciando, así que no rias, que podrian plantarte uno debajo de tu casa.

Entiendo que los americanos sufran tiki-explotation. Lo tiki es algo arragaido en su cultura, etc, etc...
Pero aquí, donde nadie distingue entre un Tiki un Pokemon.
Francamente se me escapa.

Podría pensarse que cabe la posibilidad de que alguien, después de estar toda la noche debajo de un cartel que pone “Tiki bar”, investigue que carajo significa aquello y a partir de ahí...., pero vamos no me lo creo ni aunque me tome una docena de chupifuertes.

Mr. Ivan dijo...

Yeah, man! Soy el hombre de moda! Me presentaré bajo esas credenciales a tomarme un Chupicrema, a ver qué pasa.

Me parece demencial. Como tú dices, amigo Castaway, no le veo el chiste a ponerle Tiki Bar a algo que no tiene nada que ver con el tiki en un contexto donde los que conocemos ese concepto somos cuatro tipos. Se podría haber llamado de cualquier otra forma usando la misma fórmula de chupihostias y dejarnos tranquilos, pero no.

Lo peor de todo es la identificación de TIki Bar con semejante cosa de plástico y neón, que por otra parte es increíblemente fea, y el efecto erróneo que pueda causar en los visitantes.

Castaway, lo que tienes que hacer es ir mucho, así seguro que lo acaban cerrando ;) O mejor aún, como en un par de semanas estamos por ahí, podemos ir a meterle fuego, vendrá mi amiga Pele.

Un abrazo,

Mr. I.