jueves, 10 de junio de 2010

PULP TIKI : BOB MORANE

Bob Morane es un personaje clásico del Euro-Pulp.
Su autor es Henri Vernes y a su alrededor se ha generado un auténtico culto que dura ya más de 60 años. O al menos es así al norte de los Pirineos, donde han sido publicadas, y continuamente reeditadas, más de 200 novelas del personaje, que además ha conocido diversas y exitosas adaptaciones al comic, animación, cine o televisión.

En España, hoy en día, Vernes y su obra son practicamente desconocidos.
Pero esto se debe a nuestra frágil memoria para lo relacionado con nuestra cultura popular, porque lo cierto es que forma parte importante de la misma.
Un buen número de las novelas de Vernes/Morane fueron publicadas desde mitad de los años 50 en la colección Alcotán de la editorial GP.
Aunque la mayoría de los mercadillos de la península Ibérica están pavimentados con libros de esta colección, los de Vernes/Morane resultan realmente elusivos y cuando aparecen no son precisamente baratos, de lo que deduzco que al menos gozan de buena consideración entre el núcleo duro de los coleccionistas de bolsilibros.
Pero además, todo el que haya leído un Mortadelo o alguna otra revista de la editorial Bruguera durante los 70 y 80, lo que debe sumar el total de la población española, con seguridad se habrá topado con las aventuras de Bob Morane en comic, que eran publicadas por entregas en estas revistas.
Algo más tarde Bruguera también editó en formato álbum estas historietas ya completas y algunas otras inéditas.

Aunque todo lo anterior puede resultar muy instructivo es posible que a estas alturas alguien ya se esté preguntando donde esta la relación con el Tiki.
Pues bien, el archivillano de la serie y némesis de Bob Morane a lo largo de buena parte de su bibliografía es nada menos que ¡Monsieur Ming!, Sí, ¡como el legendario bar Tiki madrileño!.
¿Conexión Cósmica o gilipollez?.
No hace falta contestar.

En realidad existen algunos vínculos más sólidos entre las novelas de Henri Vernes y el Pop Polinesio. A lo largo de su larga carrera heroica Bob Morane visitó toda clase de exóticas y lejanas localizaciones. Para alguien acostumbrado a frecuentar el espacio exterior o líneas temporales alternativas, el sur del Pacífico era como el patio de su casa y muchas de sus aventuras se desarrollaron entre Tikis, cazadores de cabezas y atractivas wahines.
Como mandan los cánones del Pulp todas las novelas Henri Vernes tienen su punto descabellado y abundan en cliches. Pero al mismo tiempo, al contrario que la mayoría de los autores del genero, gusta de cuidar la ambientación y a diferencia de lo que suele ser habitual en esta clase de publicaciones populares, sus novelas están excelentemente documentadas. A sí no faltan detallados mapas de los lugares donde se desarrolla la acción y cuidadas ilustraciones que aportan un desconcertante barniz de verosimilitud a las historias más locas y las convierten en obras maestras del Tiki de bolsillo.

Se trata de un tema sobre el el que aún queda mucho por decir, así que puedo terminar estas lineas al más puro estilo del género con un CONTINUARÁ...

miércoles, 2 de junio de 2010

"TESOROS"


Hace ya varias semanas terminó en Madrid una exposición llamada “Tesoros de las Culturas del Mundo” . Lo adecuado hubiera sido tratar el tema cuando todavía podía visitarse, pero por flojera y sobre todo porque me defraudó bastante, dejé pasar este asunto.
Pero dado que en nuestro país no es nada habitual recibir la visita de Tikis de otras localidades creo que el evento merece ser comentado.
Sobre el papel, la cosa pintaba estupendamente.
Una exposición sobre arte universal, que no olvida a los pueblos del Pacífico es algo a tener en cuenta.
Se celebraba, además en la Fundación Canal, un lugar que se ha especializado en exposiciones efectistas para toda la familia, donde han podido contemplarse desde la armadura de Darth Vader a pintonas reproducciones de arte antiguo. Y como remate, la mayoría de objetos expuestos provenían del British Museum.
Así, todo parecía indicar que tendriamos ocasión de contemplar unas cuantas piezas aparatosas de arte polinesio (aunque fuera en forma de reproducciones de cartón piedra), dramáticamente iluminadas y con algún otro efecto epatante añadido.
Como en un bar Tiki.


Pero lamentablemente, no fue así.
La mayoría de las muestras de arte polinesio exhibidas no tenían gran interés.
Un trozo de tapa bastante feo, una pequeña talla maorí , y con algo más de sustancia, un Tiki de dos cabezas de Las Islas Sociedad y un bonito cuenco de las Salomón. Sin ser la monda, al menos justificaban el precio del la entrada. Aunque he encontrado exhibiciones más interesantes en bares polinesios, con la ventaja de poder contemplarlas degustando un coctel y sin necesidad de estar rodeado de estudiantes y guardias jurados.
Pero no todo fueron decepciones y el día terminó felizmente en la tienda de regalos. Generalmente estos lugares suelen ser bastante irritantes hasta para un un comprador compulsivo como yo, llenos de articulos solo disfrutables por niños repelentes.
No recuerdo haber encontrado nada tentador en una de estas tiendas ni siquiera en exposiciones sobre dinosaurios, que ya es dificil.

Pero en esta ocasión había por allí desperdigadas algunas publicaciones del British Museum a precios muy apañados y pude hacerme con una sobre máscaras con la que me lo estoy pasando estupendamente. Bastante mejor que en la propia exposición.