jueves, 22 de julio de 2010

S.O.S


Ayer paseaba placidamente por la Gran Vía cuando de repente tuve una experiencia sobrecogedora.
Al doblar una esquina me encontré dentro de una dimensión en la que lo Tiki era algo "mainstream" y ante mí se alzaban imágenes de ídolos Polinesios de varios metros de altura promocionando las rebajas de verano de unos grandes almacenes.


Conmocionado, entré en una de esas tiendas con descomunales Tikis que prometian "rebajas paradisiacas". Era cierto. Allí por el módico precio d 1 Euro puede adquirir un dvd con un documental sobre Papua-Nueva Guinea.

Pero lo realmente estremecedor es que aún no he conseguido salir de esta realidad alternativa.
Lo primero que hice a continuación fue buscar información sobre las posibles causas de esta distorsión dimensional. Pude averiguar que está relacionado con una serie de televisión y llevo un buen rato leyendo comentarios de personas que hablan de la Cultura Tiki como de algo cotidiano.


Necesito saber si ahí fuera hay alguien más atrapado en este universo paralelo y sobre todo, saber como puedo volver a mi mundo.

martes, 20 de julio de 2010

NEGRO

Nueva crónica tardía de un evento Madrileño.
Esta vez se trata de NEGRO, una exposición de arte Africano que ha podido visitarse durante los dos últimos meses en el Centro de Arte Complutense, que a pesar de lo grandilocuente del nombre de la institución es solo una sencilla salita debajo del Museo del Traje.
Aunque se trata de arte de culturas muy alejadas de las del Pacifico, es sabido que estas cosas importan poco cuando estamos hablando de Pop Polinesio, muy poco dado a distingos geográfico-culturales. Por esto que es facil que el aficionado a las cosas Tiki se encuentre como en casa en esta clase de eventos.

Los objetos expuestos eran bastante modestos.
Nada de piezas de espectaculares y valor incalculable.
Solo humildes artefactos postcoloniales, que para entendernos viene a ser sinónimo de artículos para turistas. Tan humildes que la restauración de las pobres piezas se dejó en manos de estudiantes de Bellas Artes.
Pero por supuesto, eso no le quita nada de diversión a la visita.


Esta falta de pretensiones, unido a que es necesario caminar cierta distancia para llegar al lugar de la exposición y que la estación no parece invitar a este tipo de actividades recreativas, provocaba que la sala               estuviera totalmente desierta la mayor parte del tiempo, y esto facilitaba el  dar rienda suelta a la natural excitación provocada encontrarse junto a los ancestros de Tiki Bob, Choco Bora y otros viejos conocidos , y saltar como una gacela entre las vitrinas,comentando a gritos las piezas exhibidas, hacer fotos como si a uno le fuera la vida en ello y otras muchas incivilizadas formas de mostrar entusiasmo.


Sustituyendo el fastidioso disco de “músicas del mundo”, con el que  se intentaba sin éxito aportar atmósfera exótica por una buena grabación de Les Baxter, uno podría haberse quedado a vivir allí.