martes, 25 de noviembre de 2008

IGNACIO PEYRÓ

Aloha.

Os quiero presentar a Nacho.

Parece ser un fiel lector de este blog.

Se trata de un joven y talentoso periodista (además de, según él mismo dice, crítico de arte y traductor) cuyo espíritu inquieto no queda satisfecho con el papel de mero lector de lo que aquí se publica.

Nacho necesita algo más.

Pensó que la mejor forma tomar un papel más activo era creando sus propias versiones de lo lee aquí.


Imagino que la modestia o la mala conciencia le ha impedido dárnoslo a conocer, pero yo no puedo resistirme a hacerlo público. No parece justo privaros del disfrute de su prosa.

Esta es su de "Rapida panorámica los tiki bars" y aquí vuestro amigo y vecino Castaway hablaba, algún tiempo antes,sobre los difuntos Wawalag y Bali Hai. ¿Soy el único que nota ciertas coincidencias?


Poco después publicó su "Defensa de la camisa hawaiana".

¿Recuerda alguien esta entrada?

Confío en que Nacho siga visitándonos y en adelante nos informe de las próximas entregas de tus escritos.

Por mi parte no hay problema.

Al fin y al cabo, imagino que es preferible ser victima de estilista del expolio como él, antes que de un vulgar periodista de recorta y pega.

Y entre nosotros Nacho, parasita de vez en cuando a Mr. Iván.Vale la pena. Además te hubieras evitado un patinazo como el del Zombie.

lunes, 24 de noviembre de 2008

PARABOLOIDE HIPERBOLICO

En geometría analítica, es una superficie tridimensional que se describe mediante la ecuación
(X2/A2 )-(Y2/B2 ) = -Z

















Que no cunda el pánico.
No hay nada que temer. Solo hablo de geometría en la intimidad, así que aquí trataré solo de esta simpatica cuádrica, en lo que se refiere a su presencia dentro pop polinesio nacional, terreno donde seguro todos nos sentimos más comodos.
Este tipo de superficie es común en la arquitectura tradicional polinesia y como otros elementos de del arte del Pacífico pasan a integrarse durante los 50 y 60 en el entonces floreciente movimiento Pop Polinesio.
Uno de los más espectulares ejemplos de uso este tipo de estructura fue el lobby del hotel Waikikian, construido en 1956 y conocido con razón como “Hawaii´s most beautiful hotel”.


Estas cosas pueden parecer cosa de americanos acaudalados muy alejadas de la España de esa época, ocupada en ser reserva espiritual de occidente según los ideologos del franquismo.

Error. Eso sería infravalorar el irresistible poder de lo exótico.
Estas mismas formas consiguen introducirse en nuestro pais, aunque un poco más tarde (la economía no perdona) y adaptandose a las circunstancias sociales y políticas del momento, originando así un estilo propio que podriamos llamar CATOLITIKI POP.
No creo que haga falta dar grandes explicaciones sobre la posición y actitud de la Iglesia Católica en aquellos días. Todos sabemos que la situación no era precisamente propicia para historias moderno-primitivas, neopaganismos y similares, pero curiosamente estas formas artísticas propias de salvajes idólatras se introducen con fuerza en nuestro pais con todas las bendiciones de la Santa Iglesia Católica.


Artistas y arquitectos de inspiración exótica logran convencer a la institución de lo pío de estas formas de origen inequivocamente pagano, y comienzan construirse iglesias con impresionates A-frames (que supuestamente representan el manto de la virgen cubriendo a sus fieles) y edificios con forma de paraboloide, decorados para más INRI (pun intended, que se dice) con ceramicas y mosaicos y vidrieras brutalmente moderno-primitivos.
Uno de mis monumentos CATOLITIKI madrileños favoritos, es la escultura “La Paloma”, al borde de la M30. Un sencillo paraboloide hiperbolico de tamaño descomunal que no es visto por nadie, a pesar de encontrarse en un lugar por el que a diario pasan varios miles de personas y que con seguridad que ha sido respetado solo por el engorro que supondría su desmantelamiento.
Pero es rara la ciudad que no cuenta con un buen número de lugares de inspiración CATOLITIKI. Su busqueda y catalogación, una tarea en la que todavía hay mucho por hacer.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

LICORILANDIA


Uno de mis lugares favoritos de abastecimiento etílico es esta tienda.
Un clásico. Abierta desde los primeros años 60 en el nº 30 de la calle León, en pleno centro de Madrid.
Solo su nombre, uno de esos oasis de incorrección política tan de agradecer en estos tiempos, y que invoca imágenes de tierras con lagos de ron, fuentes de tequila y árboles de cuyas ramas cuelgan toda clase de destilados
de alta graduación, ya podría ser suficiente para convertirme en un fiel cliente.



A pesar de lo reducido de su espacio, cuenta con un stock admirable y su selección de rones y licores poco habituales es muy interesante. Pero la verdad, poco que no pueda encontrarse en otros establecimientos y con el inconveniente de que sus precios tiran por lo alto.
Pero lo que lo convierte para mí en un lugar clave de avituallamiento, es que está especializado botellas en miniatura y en este ambito no le conozco rival.
Estos cacharritos siempre me han parecido odiosos y sus coleccionistas una especie inquietante (por extraño que parezca viniendo de un tipo que acumula vasitos de porcelana y posavasos sucios de bares cerrados hace lustros), pero hay que reconocer que resultan de mucha utilidad para el barman casero.



Por una parte están aquellos licores que se consumen en cantidades muy pequeñas. ¿No es triste ver como los años pasan inexorablemente por nosotros, mientras que nuestra botella de Pernod no parece acusar el paso del
tiempo a pesar de ponernos ciegos regularmente a base de Jet Pilots?.
Por otra están aquellas recetas que deseamos probar y que nos vemos obligados a dejar aparcadas porque incluyen algunos ingredientes que parecen tener un porvenir dudoso en nuestro bar o que resultan una inversión excesiva para un experimento de resultados inciertos.
Sí añadimos que está a tiro de piedra del Mauna Loa y podemos acercarnos allí a rematar la tarde, tal vez incluso osando profanar sus milenarias recetas con alguna de nuestras recientes adquisiciones, tenemos que no hay otro lugar como LICORILANDIA.
Por supuesto, yo nunca cometería semejante sacrilegio (o al menos no lo reconocería en público), pero se dice por ahí que su Dr. Funk ofrece interesantes posibilidades.

jueves, 6 de noviembre de 2008

TAHITI

TAHITI es todo un clásico entre los bares hawaianos ibéricos. Ubicado en el paseo Marítimo de Fuengirola desde tiempos inmemoriales, tanto que ha dado nombre a la zona de playa que es encuentra frente al local, la Playa Tahití.
Consta incluso en las cartas de navegación de los Tiki exploradores extranjeros y pueden encontrarse sus referencias en prácticamente todos foros y webs que estos frecuentan o en las publicaciones especializadas sobre la materia.
Lamentablemente, parece que ninguno de estos visitantes foráneos ha sabido captar la esencia del lugar y esta está considerado entre ellos como lugar “escasamente tiki” o “sin ambiente" tiki”. No puede pedirse más al visitante casual (bueno, tal vez algo más de cautela antes de hacer calificaciones apresuradas).
Es cierto que si lo que se busca es un local superpoblado de ídolos polinesios y con muchos metros cúbicos de bambú (cosas muy de agradecer ciertamente), la visita al TAHITÍ puede no resultar del todo satisfactoria.

Pero la realidad es que el lugar cuenta con ingredientes sobrados, para satisfacer al más exigente aficionado y definitivamente TAHITI es uno de los lugares que puede proporcionarnos una de las más gratificantes experiencias Tiki a este lado del Atlántico.
El local cuenta con una amplia terraza, en el paseo marítimo, adecuada para que los turistas se tomen un respiro del abrasador sol malagueño sorbiendo un refresco.
También con una planta sótano ideal para que la muchachada se desfogue jugando al futbolín, el billar e incluso dada la amplitud de espacio, echando unas carreritas.
Es entre ambas zonas es donde se encuentra el Tiki bar propiamente dicho.Un espacio alargado a lo largo todo el cual se extiende la interminable barra. Sobre la cual esta situada una fascinante e hipnótica pecera semiesférica. Refrescante, oscuro y sin distracciones externas. Como mandan los cánones.
Tras la barra, una extraordinaria muestra de licores, incluyendo una cuidadosa selección de rones y un impresionante muestrario de vasijas clásicas.
Frente a la barra una serie de coquetos reservados, con confortables asientos tapizados con un bonito estampado de bambú.
Para una mayor intensidad dramática en el ambiente, cuenta además con una iluminación especial, que aunque reservadas habitualmente para las horas de máxima afluencia de clientes, no dudaran en mostrar en caso de ser solicitada.

Un vistazo a su carta ya nos muestra que estamos ante algo diferente la oferta habitual. No Mai-Tai, Ponche del Plantador o Bastardo Saffrin por aquí, sino una gran colección de combinados originales con ingredientes tan inhabituales como el Galliano o Pisang Ambog .
A destacar la atención de la intrépida barwoman (y gerente) Conni, que no solo cuenta con un savoir affaire más allá de toda duda, sino además tiene un enorme amor por su trabajo, ingrediente secreto y nada fácil de encontrar en estos tiempos y que marca una gran diferencia en la elaboración de un combinado. Así, cada pedido llega con un asombroso despliegue de medios, incluyendo lorito de cartón, bengala encendida y sonrisa, servido además en increíbles vasijas de pioneros artistas hispanos (y no Porcelanas Pavón, como se afirma alegremente por ahí), que nos remiten a los mismísimos orígenes del Tiki ibérico.

En absoluto desmerece el trato del resto del equipo TAHITI, Manolo, Luis, Cassandra y Vanesa.
Cualquiera de los combinados puede ser servido en tamaño de hasta para ocho personas. Esto da idea del calibre de las vasijas que podemos encontrar en el local. Solo poder contemplarlas ya es motivo suficiente para convertir al TAHITÍ en lugar de peregrinación para cualquier tiki aficionado que se precie.
Si a esto añadimos que su horario de apertura es de doce de la mañana hasta más allá de las cuatro de la madrugada, estamos ante lo que podemos calificar como el único Tiki Bar de guardia del mundo.

Allá cada uno, pero yo no cambio esto por un par outriggers colgando del techo.