viernes, 25 de enero de 2008

MUSEO NAVAL

Siguiendo con el listado de lugares madrileños que exhiben artefactos arrebatados graciosamente por nuestros antepasados a los isleños de los mares del sur, hoy le toca al turno al Museo Naval.

Esta institución cuyo fin es “difundir la historia marítima de España, contribuir a ilustrar, relevar y salvaguardar sus tradiciones y promover la conciencia marítima nacional” , alberga en su interior una interesante colección de objetos de los mares del sur, que lo convierte en lugar de visita obligada para cualquier interesado en las culturas de los pueblos del Pacífico.

Si cuando hablamos del Museo Antropológico veíamos que ni la calidad ni la cantidad de las piezas que conserva eran gran cosa, en el Museo Naval, aunque la calidad sigue sin ser para tirar cohetes, al menos tenemos cantidad. Un total de 150 piezas (poco a poco nos vamos acercando a las 45.000 del British Museum)

También, al contrario del Museo de Antropología, se trata de un lugar francamente divertido. Aunque no seas un gran aficionado a temas náuticos, es difícil no salir sobreexcitado, con ganas de explorar nuevos territorios y de paso cañonear unos cuantos navíos ingleses por el camino.

Las visitas guiadas son bastante instructivas y las recomiendo, pero si decides ir a tu aire, ten en cuenta que este museo esta gestionado por el Ministerio de Defensa y sus normas son muy estrictas. Son especialmente rigurosos con la fotografía. Como se te ocurra tomar solo una, parecen capaces de someterte a un Consejo de Guerra y fusilarte allí mismo.

Lo mismo lo mismo sucede por llevar el teléfono móvil encendido y una larga serie de prohibiciones que a los civiles nos resultan bastante inexplicables.

A la salida, es obligada la visita a la tienda del museo, donde por 3,02 € puedes hacerte con el “Catálogo de armas y artefactos de las islas del Océano Pacífico Central y Australia.” que contiene fotografías de buena parte de la colección que exhibe el museo (la mayoría en blanco y negro, eso sí) y un breve ensayo sobre la misma y como llegó al museo.

Ofrecen otras publicaciones más generales (y caras) pero de aspecto bastante apetecible.

Su web ofrece la posibilidad de realizar una visita virtual, aunque salvo que seas un marino curtido, te aconsejo tomar una Biodramina antes de realizarla.

lunes, 21 de enero de 2008

WAWALAG


El año 2007 no fue nada bueno para los bares hawaianos madrileños.
A finales del verano pasado cerraba sus puertas definitivamente House of Ming, clásico entre los clásicos, sin darnos ni siquiera ocasión de despedirnos de él como merecía.
La cuestión ya se trató aquí.

Con esta desaparición, WAGALAG se convertía en el Tiki bar madrileño más antiguo, pero ostentó este título apenas unos meses y antes de que terminara el año también echaba el cierre.

Debo confesar que no era un lugar que me simpatizara.
Tenía una clientela predominantemente adolescente. Eran celebres por tener la manga muy ancha a la hora exigir el DNI a sus clientes con aspecto de no alcanzar la edad legal para consumir alcohol, lo que lo convertía lugar de peregrinación de púberes de toda la ciudad.

Su ubicación en la calle Serrano, probablemente uno de los mayores núcleos de pijerío del universo, tampoco ayudaba a conseguir un ambiente ideal.

También se habían visto en la necesidad de servir cañitas y tapas durante las mañanas, lo que contribuyó a que buena parte de su encanto se perdiese.

Su atractivo prácticamente solo residía en tomarse el cocktail de la casa, el mítico TESTAMENTO WAWALAG, mientras se contemplaba su colección de vasijas antiguas y algún que otro resto de un pasado más glorioso.
Este cocktail combinaba ron, coñac y ginebra y se servía en una enorme vasija humeante, que por lo explosivo de la mezcla y lo espectacular de la presentación, hacia las delicias de la chiquillería que llenaba el local.

Por todo lo anterior llevaba varios años sin acercarme por allí, pero conmocionado por el cierre de House of Ming, quise darle una nueva oportunidad.
Me acerqué una tarde y comprobé que no se habían producido grandes cambios desde mi última visita. Decidí entonces preparar un safari fotográfico y darle un buen repaso a su carta, pero apenas una semana después ya no quedaba ni rastro del bar y en el local había una obra bastante avanzada de lo que parece un restaurante de lujo.
Otro bar histórico que se pierde.
Al menos me ha servido para hacerme consciente de que poseo la facultad de provocar que los locales que visito cierren a los pocos días, así que he decido emplear este poder para hacer el bien y desde hoy iré cada día a un Starbucks y en un par de meses habré acabado con ellos.
Si hay alguien interesado en adquirir un souvenir de WAWALAG, la vasija del TESTAMENTO todavía está en el catálogo de Porcelanas Pavón, aunque si no recuerdo mal, es la más cara de todas las que producen, lo que significa probablemente necesites un crédito personal si estás pensando en hacerte con una.

jueves, 17 de enero de 2008

SIDRA Y RON


En honor a mi Tiki asturiano, se me ocurrió investigar sobre recetas de combinados a base de sidra que tuvieran un toque Tiki.
La relación de la sidra con el ron, aunque no parezca una combinación muy afortunada, es antigua.
El Stonewall es una combinado a partes iguales de sidra y ron oscuro del que hay constancia que era consumido (en abundancia) por los colonos americanos desde el siglo XVII. Demasiado vintage para mí.

Hay muchos otros intentos de combinar la sidra con ingredientes habituales de los combinados tropicales, pero francamente, parecen productos ideados por un barman vengativo y no me siento con valor para probarlos.
Aquí van un para de ejemplos.

Apple Breeze

5 oz de sidra natural
3 oz de Malibú (sí, has leido bien ¡Malibú!)
Agitar y servir con hielo.

Voyager

3 oz de sidra natural
1 oz de ron especiado
¼ de Creme de banane
Agitar la sidra y el ron.
Añadir la creme de banane

Y no sigo para evitar herir más sensibilidades.

Si no obstante, alguien con higado de acero y paladar de amianto, está dispuesto a experimentar con estas recetas (bajo su propia responsabilidad), espero ansioso conocer sus experiencias.


miércoles, 16 de enero de 2008

EL EXTRAÑO CASO DEL TIKI ASTURIANO


Cuando uno lleva ya un tiempo viviendo en mundo tiki, se empieza a considerar una persona experimentada, a la que poco o nada puede ya puede sorprender.
Nada más erróneo. La lección nº 1 a aprender es: donde menos se espera, salta el tiki.

Hace poco caía en mis manos el artefacto de la foto.
Se trata del único ejemplar conocido hasta la fecha de tiki asturiano.
El diseño no creo que sea original, pero a pesar de que me suena mucho (juraría que es de origen alemán), no he conseguido identificarlo.
Simplemente su lugar de origen, ya lo hace bastante peculiar, pero aún quedan cosas mucho más extrañas por ver.
El distribuidor de este tiki es el Albergue Covadonga, una fundación de carácter religioso de Gijón dedicada a prestar ayuda a los sin techo de la ciudad.
Como remate , está elaborado en sus talleres por personas a las que acoge, como medio de reinserción en la vida laboral. Recapitulando, tendriamos entonces:
Asturias+organización católica+personas sin hogar
¿Alguien puede pensar una conjunción de factores con menos posibilidades de dar origen a un tiki?. Está claro que todo es todo es posible en mundo tiki.

domingo, 13 de enero de 2008

EURO-EXOTICA #1. WOUT STEENHUIS

Desde los años 50 hasta bien pasados los 70 se produce en Europa una enorme cantidad de música hawaiana.

Por esto y por sus características peculiares, no parece descabellado hablar de estos sonidos tropicales del Atlántico norte como un subgénero propio.

Curiosamente, los americanos no parecen tener gran interés en esta música Euro-polinesia. Le achacan falta de autenticidad, requisito que no parece preocuparles en el resto del atrezzo de un buen tiki bar. Al fin y al cabo, no es más auténtico un Tiki californiano que un suizo tocando un ukelele.

De todas maneras, reconozco que puede resultar un concepto algo difícil de asimilar.

Las imágenes de obesos músicos alemanes grabando sonidos de los mares del sur en un frío estudio de Berlín, tras una sesión anterior interpretando polkas, o pálidos ingleses con camisas floreadas rasgando un ukelele y cantando clásicos Hapa Haole con acento cockney, resultan más bien inquietantes y cuesta relacionarlas con los sonidos amables y serenos de la música hawaiana.

Pero la verdad es que los resultados, en la mayoría de los casos, pasan sin problemas los más exigentes controles de calidad y cuando no es así, no dejan de ser totalmente disfrutables por lo aberrante de los mismos (escuchar “Blue Hawaii” cantado en alemán, es algo que todo el mundo debería experimentar al menos una vez en la vida).

Aunque a veces se intentaba pasar estos sonidos por auténticos, en la mayoría de las ocasiones parece detectarse incluso cierto orgullo en mostrar de forma inequívoca el autentico el origen de los interpretes, como con la indudablemente británica Big Ben Hawaiian Band, o Wout Steenhuis, rey holandés de la steel guitar, de quien nos ocuparemos a o continuación.

A pesar de que hoy solo sea recordado por jubilados británicos que han podido mantener a raya su arteriosclerosis y aficionados a la música Euro polinesia (media docena de personas según el último censo), es un gran músico que merece ser reivindicado.

En los años 30, el joven Wout, ya tenía cierta reputación como músico de Jazz y se ganaba la vida tocando con varias bandas de swing de su país.

Durante la guerra, envasaba mermelada durante el día y luchaba con la resistencia holandesa por las noches. A causa de las heridas sufridas en combate estuvo a punto de perder un brazo, lo que hubiera arruinado su prometedora carrera como músico. Pero la providencia y la intervención de los médicos del ejercito británico (Dios les bendiga) consiguieron salvarlo.

Estas notas biográficas parecen redactadas por el mismo que dijo que Yma Sumac era una princesa Inca o que los Indios Tabajaras encontraron una guitarra en la selva brasileña., la cual aprendiero a tocar de forma autodidacta.

Hay quien las pone en duda y dice que simplemente se marchó a Gran Bretaña huyendo de los nazis, cuando su país fue ocupado.

Puestos a elegir entre realidad o leyenda yo me quedo la última sin dudarlo y estoy dispuesto a desafiar a un duelo a cualquiera que se atreva a cuestionar su veracidad.

Desde entonces fijó su residencia en Gran Bretaña, donde además de seguir fabricando mermelada, desarrollará toda su increíble carrera musical, con actuaciones en radio y televisión que se cuentan por miles (¡incluso llegó a RTVE!), y más de 30 LPs editados con cerca de dos millones de copias vendidas.

En sus interpretaciones en directo utilizaba toda estas bases pregrabadas, sobre las que añadía la melodía con su steel guitar y voz, con lo que reducía a 0 sus gastos, daba la razón a los que consideran la tacañería una de las cualidades más características de los holandeses y al mismo tiempo ofrecía a sus audiencias un sonido idéntico al de sus discos.

Aunque pierdo su pista a partir de los 90, no me extrañaría que siguiera con su guitarra y sus cartuchos de 8 pistas interpretando sus éxitos en cualquier lugar donde estén dispuestos a pagar unas libras por sus servicios.



miércoles, 9 de enero de 2008

MAZAGRAN

Revisando viejos libros de cocina, pueden encontrarse recetas curiosas, como el MAZAGRAN, cocktail netamente europeo pero que no desmerecería en la carta de cualquier tiki bar.

Su nombre proviene de una ciudad de Argelia en la que, en el año 1840, más de15.000 argelinos furiosos (con bastante razón, presumo) se levantaron contra sus colonizadores franceses y pusieron asedio a guarnición de la ciudad, que contaba con solo 130 hombres para defenderla. Agotadas las provisiones, los defensores resistieron varias semanas ante tan desigual enemigo alimentandose solo de café y ron.

En su honor se bautizó este combinado como MAZAGRAN.

Personalmente no me atraen demasiado los cocktails basados en café, pero no puedo resistirme a esa historia y su exaltación del poder del carajillo.

Aunque existen diferentes versiones, esta es la que considero mejor receta:

3 cl de café
8 cl ron
8 cl soda
Zumo de medio limón.
3 cucharadas de azucar
Agitar
Servir con un par de hielos

Curiosamente además, este cocktail ha generado un tipo de mug, que recibe el mismo nombre y que no desentonaría en una colección de vasijas Tiki.

lunes, 7 de enero de 2008

TABÚ

Hace cerca de un año DIVISA en su colección ORIGENES DEL CINE, editó esta película de Murnau.

Confieso que tanto la compañía como la colección me irritan profundamente. Por una parte la colección es mortalmente aburrida. Ese tipo de cinefilia muermo para la que parece que no existe nada más allá de Eisenstein, Griffith o Murnau (bueno, sí también Fritz Lang). y que pretende crear una historia del cine en la que solo existen genios y obras maestras, ignorando y despreciando el papel jugado por géneros fundamentales, pero que no encajan dentro de sus altas miras, como el porno, la explotation, western, etc.,

Por otro lado, en tiempos del VHS Divisa no dudaba en estampar su logotipo a gran tamaño en una esquina a la lo largo del todo el metraje de sus ediciones. ¡Toma amor al cine!

Sin embargo, de vez en cuando se les cuela (supongo que por error) algo de aire fresco, como es el caso de esta película

Técnicamente además parece que se trata de una buena edición, restaurada y conservando la banda sonora original y con metraje censurado antes de su estreno americano.

Aunque sería un buen momento para presumir de cinéfilo, debo confesar que, en realidad desconocía totalmente la existencia de esta película, hasta que un día me topé con un DVD con una carátula en la que aparecía una mujer de aspecto polinesio con los pechos apenas cubiertos por un lei.

Para mi, esa es razón más que suficiente para sentir una necesidad imperiosa de verla., pero es que pechos a parte (que los hay en abundancia) la película tiene otros elementos que la hacen recomendable.

Todo empezó como una colaboración con el famoso documentalista Robert J. Flaherty (el de Nanook , ya sabes), con el que Murnau llegó a constituir una productora para rodar una serie de películas ambientadas en los mares del sur, pero acabaron tirándose los trastos a la cabeza por los irreconciliables puntos de vista de los dos directores y Murnau acabó dirigiendo la película en solitario.

Rodada íntegramente en Tahití y Bora-Bora, en los créditos ya se nos avisa de solo intervienen en la misma nativos de estas islas, chinos y algunos mestizos.

La película nos cuenta la historia de amor de la bella wahine Reri y el pescador Matahi (no menos bello, todo hay que decirlo).

Un día llega Hitu el hatu de las islas con malas noticias para la pareja de enamorados. Se ha decidido consagrar a Reri a los dioses, por lo que deberá desde entonces dedicar su vida a su servicio y conservar su virginidad, convirtiéndose desde ese momento en tabú.

Matahi y Reri, tienen planes muy distintos, sobre todo respecto la virginidad de la wahine, así a pesar de que es sabido que no es recomendable irritar a un Tiki, deciden romper el tabú y huir de la isla.

Tras una azarosa travesía conseguirán llegar a Tahití, pero la maldición por su pecado les perseguirá y deberán enfrentarse entre otras cosas al capitalismo, varios tiburones de goma y la persecución implacable de Hitu.

Respecto al final de la película, bueno, no entraré en detalles, solo aconsejar conservar pañuelos a mano.

Murnau no llegó a ver el estreno de la película.
Murió en un accidente de tráfico en circunstancias nada claras. Salió misteriosamente disparado de su vehiculo, fracturandose el cráneo con un poste. Los otros dos pasajeros del vehiculo, no sufrieron ningún daño.

Hay toda clase de hipótesis sobre este incidente. Desde que se trató asesinato, a que se encontraba realizando una felación al su joven chofer tahitiano, que precisamente había llevado a América tras el rodaje de la película.

Menos conocida es otra teoría según la cual parte del rodaje se realizó en territorios tabú, desoyendo las advertencias de los hatu y como le ocurrió a los protagonistas de su película, sufrió el destino de los que se atreven a desafiar la voluntad de los Tikis.

Desde luego, yo me inclino por esta posibilidad.

viernes, 4 de enero de 2008

THE CRUSHER

Hay quien me considera un retrógrado por huir de las cocinas de vitrocerámica o no encontrar ningún atractivo a un CD.

Están equivocados. No tengo nada en contra del auténtico progreso, por ejemplo todo lo que facilite la elaboración de un buen Mai Tai.

Así, en estos días, he incorporado a mi vida uno de los mayores logros tecnológicos de la humanidad: el triturador de hielo. Es algo realmente increíble.

1.-Se introducen los cubos hielo.

2.-Un par de vueltas de manivela (con lo que puedes preparar tu combinado preferido incluso durante un apagón)

3.-El hielo triturado se acumula en un depósito, desde el que lo trasladas al vaso con una bonita pala que incluida en el kit.

Adiós martillos y demás objetos contundentes.

Bienvenido super triturador WNIC-CX