Siguiendo en onda latina que comenzaba con la entrada sobre el Pisco, hoy hablaremos sobre la vida y obra de Toño Fuentes, maestro colombiano de la guitarra hawaiana (o hawayana como se dice en varios de sus discos).
Todo un personaje (en su Colombia natal, se entiende).
Niño precoz, siendo un tierno un infante ya dominaba varios instrumentos y apuntaba muy buenas maneras como virtuoso del violín.
Prefirió dedicar sus mocedades al mundo empresarial, eso sí, centrándose en el negocio de la música.
A mitad de los años 30 fundó Discos Fuentes, primera casa de discos colombiana y una década más tardes la primera fabrica de discos de su país.
Su imperio discográfico llega hasta el día de hoy, Con un plantel de estrellas de esos que solo oír sus nombres ya produce escalofríos y que si sois aficionados a hurgar en los cajones de saldos de las tiendas de discos seguro que alguno os resultará familiar: El Tropicombo, Frenesí Orquesta, Tuko y sus Tesos...
Pero mucho más interesante considero su faceta como músico.
Siendo ya un cincuentón decidió dar al mundo conocimiento de su dominio de la guitarra hawaiana.
Aunque a finales de 50 y principios de los 60 la música de aires polinesios era realmente popular, el señor de la fuente optó por explorar nuevos territorios.
Su estilo se caracteriza principalmente por estirar las notas al máximo, truquillo más efectista que otra cosa, pero del que hay que reconocer que queda resultón.
Pero además prescinde de todo el rollo falsopolinesio tan del momento y pone su instrumento al servicio de la música latina, que al fin y al cabo había sido su negocio hasta entonces.
Se hace acompañar de un grupo de instrumentos típicos del folclore sudamericano como la guitarra española, guitarrón mexicano, tiple colombiano o el arpa y centra su repertorio los clásicos del de la música latinoamericana. El resultado es publicado en 1962 con el titulo de Cuerdas que lloran, que respaldado por el imperio discográfico Fuentes, será un éxito inmediato.
A este concepto musical, ya de por si ingenioso, aplica el señor Fuentes toda su astucia comercial y lo exprime al máximo. Cuerdas que lloran en Mexico, Cuerdas que lloran en Venezuela, y así hasta más de 20 discos. ¿Cómo lo hace? Sencillo. Básicamente, incluyendo un par de temas alusivos a cada país y rellanando el resto siempre con los mismos temas, que debido a los arreglos no pueden dejar de sonar familiares a los cualquier latino, con lo que nadie se siente defraudado.
Si después de todo esto, todavía queda alguien interesado en profundizar en la materia, existe abundante bibliografía sobre la historia de la industria discográfica colombiana (no me preguntéis por que) y Discos Fuentes, siguen ofreciendo a precios muy competitivos todo el legado musical de su patriarca.
1 comentario:
Hola? como es que sabe usted de frenesí orquesta???
Publicar un comentario