miércoles, 8 de abril de 2009

TIEMPO DE PASION

Se acercan días de reflexión y recogimiento.
Por ello me gustaría recomendar unas lecturas pías especialmente aptas para disfrutar en estas próximas fechas, junto a la mesa camilla y el plato de torrijas.


Se trata de "Mosaico Papú o Vida, costumbres, leyendas, flora, fauna de Oceanía, a través de la obra evangelizadora realizada por el gran Misionero de la Papuasia", de el padre Xavier Vergés. Un clásico de la literatura Catolitiki Ibérica, editado en 1956 por Estela-Difusora Misional, de Barcelona.
Lo que convierte este libro del padre del padre Vergés en un hito de la cultura exótica nacional, es que está dirigida a a deleitar a salvajes paganos más que a beatos y meapilas.
Aunque se trata de una crónica de la labor de los Misioneros del Sagrado Corazón en tierras de Nueva Guinea desde finales del siglo XIX, centrada en la obra misionera de los pioneros Monseñor Navarre, Obispo de Melanesia y Micronesia (cargo fardón donde los haya) y Monseñor Verius y sus paginas pueden leerse distintos episodios acerca de edificantes epopeyas misionales como la fundación de las primeras iglesias y conventos católicos en esas lejanas tierras de Papua o la emotiva ordenación del primer sacerdote Papú, la mayor parte del libro se encuentra dedicado a la etnografía más morbosa y lai pseudociencia sensacionalista al estilo National Geographic, con capítulos con títulos tan reveladores como "Los cortadores de cabezas del Oeste", "O' opo el monte de los muertos no quiere visitas" y "Profetas y psuedocristos canacos".

Pero si esto no fuera suficiente, el padre Vergés añade grandes dosis de de gore y sadomasoquismo católico, que sin duda dejarán satisfecho al caníbal más exigente:
"...hierbas que azotan el rostro, mientras que desde arriba el sol de fuego derrite la cabeza, se entra en la espesura. Lodo, raíces por el suelo, mosquitos que zumban y persigue sañudamente, asfixia opresiva de aquel aire húmedo y pestilente. Monseñor Verius se reprocho su agotamiento como una cobardía y en la soledad de la espesura, flagelo su cuerpo con unas disciplinas sangrientas y se revolcó entre las espinas para expiara su pasada laxitud".

Y aún, para aquellos lectores de imaginación menos vivida se incluyen abundantes fotografías del autor, incluyendo las explícitas imágenes de un auténticos cazadores de cabezas.

Encontrar el libro puede ser tarea algo complicada, pero no es nada que unas velas a San Judas Tadeo no puedan conseguir.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

has conseguido crear en mi una curiosidad por leer ese libro del que nos hablas..y pedirle a san judas tadeo que me ayude a encontrarlo, lo veo dificil pero quien sabe????
saludos

Señor Castaway dijo...

Saludos María.
La literatura misionero-polinésica es todo un subgenero.
Aunque este se resista, hay mucho que desenterrar por ahí.
Diversión garantizada (casi siempre...)