jueves, 6 de marzo de 2008

LA ENCICLOPEDIA PULGA

La Enciclopedia Pulga es uno de los mayores misterios editoriales de la historia.

Durante los años 50 se editaron mas de 150 s libros de 7x10 cm abordando temas como “La poesía Mariana en América”, “La sugestión en el crimen pasional” o “La escultura griega”. Biografías de Garibaldi o Caruso o ficciónes de Hoffman y Tolstoi. Siempre profusamente ilustrados.

En lo que supongo un alarde de humor, su eslogan evidentemente no era otro que “El saber no ocupa lugar”. Y todo esto por el módico preció de 1,50 pesetas.

Al contrario de lo que pudiera pensarse de una edición tan modesta, los libros no estaban redactados por meros llenapaginas, sino que se trataba de autenticas autoridades sobre las materias que trataban.

¿A quien iban dirigidos estos libros de formato y contenidos imposibles?

No alcanzo a entenderlo, aunque la longevidad de la colección indica que debió tener un éxito considerable.

Desde luego, parece que los menehunes disfrutan de su lectura.

Una colección con un planteamiento tan inverosímil parece un lugar más que propicio para encontrar Tiki-literatura y efectivamente, en al menos dos números de la colección, Nº 73.-“Islas Salomón” y Nº 99 “Tenía razón la Kon-Tiki”, nos encontramos con que se abordan estos temas.

De momento solo soy el afortunado poseedor de este último

El autor de ambos libros es Manuel Bosch, una persona con una biografía tan apasionante como desconocida y probablemente la máxima autoridad española sobre cuestiones del sur del Pacífico.

Durante varios años ocupó el cargo de Presidente del Tribunal Mixto en Nuevas Hébridas, una posición realmente peculiar. Por una parte, porque que salió de España poco antes de 1936 y con el comienzo de la Guerra Civil su posición como funcionario español en el aquella zona no era muy distinta a la de un naufrago.

Por otra parte la función del cargo que desempeñaba, como poco, es curiosa.

Nuevas Hébridas era una colonia con dominio compartido entre Francia y Gran Bretaña y los residentes occidentales podían decidir a que autoridad deseaban someterse.

Su poco agradecida función era dirimir los conflictos entre estas dos autoridades. Y todo esto sin contar con poder real, ya que ni británicos ni franceses estaban muy dispuestos a acatar la autoridad de un español.

Posteriormente tras su vuelta a la “madre patria”, además de su aportación a la Enciclopedia Pulga, escribió un par de libros sobre sus andanzas en los mares del sur y acumuló un impresionante currículo como traductor, especializado principalmente en obras de ciencia ficción.

Si has leído “Yo robot” de Isaac Asimov, lo más probable es que fuera su traducción.

Respecto a “Tenía razón la Kon-Tiki”, bueno el titulo es una excusa. Resuelve las cuestión en las primeras páginas, tras una sencilla introducción a la geografía de la zona y las teorías de Thor Heyerdhal.

Todo empleando un estilo rancio, muy de maestro de escuela de la época y cargado de deliciosamente pasados tópicos racistas, como cuando se refiere a “los labios abultados, piel oscura y mate y facciones repulsivas” de los papúes, según él, “último eslabón de la cadena humana” o cuando considera a los chinos una raza de opiómanos sin remedio.

A continuación pasa a dedicar el resto del libro a elaborar una especie de guía turística del Tahití de su época. Para mí la parte más disfrutable del libro.

Una autentica apología de la forma de vida de la isla, redactado con tanto de cariño y nostalgia, que cuesta reprimir el deseo de marchar hacía allí inmediatamente.

Su sinceridad es total y no duda en abordar cuestiones peliagudas para la época, como religión o sexo. Tratando estás últimas cuestiones, acuña un termino precioso: “muslos polinésicos”, que ha pasado inmediatamente a mi diccionario personal.

Si alguien está interesado en comenzar a coleccionar la Enciclopedia Pulga, no necesitará más que algo de paciencia y un par de Euros, ya que son relativamente sencillos de encontrar en librerías de viejo y mercadillos, por precios realmente asequibles.

Lo dicho. El saber no ocupa lugar.

2 comentarios:

Mr. Ivan dijo...

Amigo Castaway, podrías describir cómo son los muslos polinésicos?

Señor Castaway dijo...

Faltaría más.
Buen provecho.

Receta de cocina para preparar Pollo a la Hawaiana

Ingredientes:

6 piezas de pollo muslos.

1 taza de puré de tomate.

50 gramos de pasitas.

2 rebanadas en piña en almibar.

1 cucharada de cebolla picada.

50 gramos de mantequilla.

50 gramos de almendras.

1 diente de ajo.

2 clavos.

2 hojas de laurel sal y pimienta al gusto .

Procedimiento:

En la olla express se pone la mantequilla, se acitrona la cebolla y el ajo finamente picados. Se fríe el pollo y se agrega el puré de tomate molido con las especias, la piña en cuadritos, las almendra(pelada) y las pasitas sazonando con sal y pimienta. Cocino a presión durante 10 minutos. Colaboración de Gabriela Ahuja Ormaechea.